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¿Qué logotipo diseñó Salvador Dalí?

Nieto del primer confitero que elabaró caramelos en España, Enric Bernat (1923-2003) asumió en 1954 la dirección de una empresa asturiana especializada en la producción de mermeladas, zumos y concentrados de manzana. Analizando la situación económica de la empresa propuso centrarse en la elaboración de un caramelo que se pudiera agarrar. De esta forma, los niños se sacarían los caramelos de la boca sin mancharse las manos o la ropa, y sus padres lo comprarían por eso.

Una agencia de publicidad le propuso tres nombres: Pals (por el palito), Rols y Chups, que fue el que finalmente se eligió.

El 1963, por influencia de la canción de un anuncio de radio que decía «es tan redondo y dura mucho tiempo. Chupa, chupa, chupa un Chups», los consumidores pedían directamente «Chupa Chups» en las tiendas. Esto hizo que se planteara cambiar el nombre del producto y, con ello, su marca gráfica.

Enric Bernat quiso crear una empresa de las dimensiones de Coca-Cola. En las primeras marcas de Chups se aprecia la influencia gráfica de esta marca (1958-1963). En 1969 se encargó una nueva marca gráfica a Salvador Dalí.

Ante el éxito de ventas obtenido con este caramelo, Enric Bernat entendió que había que dar el salto comercial fuera de España, para lo cual se precisaba una nueva marca gráfica. En 1969 se presentó ante el artista Salvador Dalí y le propuso crear una nueva. Cuentan que, en menos de una hora, Salvador Dalí realizó este trabajo dibujando sobre una servilleta del restaurante donde estaban comiendo. El artista mantuvo la marca anterior y la situó en el interior de una forma geométrica que recordaba la imagen simplificada de una flor amarilla. También indicó que la nueva marca tendría que situarse siempre en la parte superior del caramelo, creándose una analogía con una flor.

¿Por qué una flor? En aquellos momentos Dalí estaba trabajando en la serie de dibujos y grabados «Flor Dalí» que representaba diferentes flores y plantas impregnadas de su personalísimo universo. Se rumorea que la renumeración económica exigida por Dalí para la realización de este trabajo, como era de esperar, ascendió a varios millones de pesetas; pero la nueva marca dio la vuelta al mundo y abrió muchos mercados a este caramelo.

Fuente: Historias que Marcan, Editorial GG

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